Óscar Sánchez
Coatzacoalcos, Ver.- Su enigmático rostro incrustado en una cabeza pequeña y plana, es una de sus características que más llaman la atención. Su mirada fija y su pelaje corto y áspero los hace únicos.
Los dos ejemplares de Jaguaroundi, uno de los seis felinos silvestres mexicanos, deambulan por la zona selvática del Parque Ecológico Jaguaroundi, un área que forma parte del Corredor Ecológico Jatusa, bajo administración de Petróleos Mexicanos (Pemex).
La hembra, con sus tres años, porta con orgullo su pelaje que va de pardo a negro uniforme; y el macho de doce años, con un tono más oscuro. La hembra más social, el macho escurridizo en la zona.
Muchos conocen al pequeño gato salvaje pariente del puma como gato moro, leoncillo u onza. Su cuerpo es largo y esbelto con miembros cortos y cola larga, los hace elegantes en medio de la penumbra que genera la espesa vegetación.
Su territorio va desde las bajas de la costa del Pacífico, desde Sinaloa hasta Chiapas; así como la vertiente del Golfo, en la parte sur del centro del país y en la península de Yucatán. Por supuesto, en el sur de Veracruz, donde conviven 65 especies de mamíferos, 22 tipos de peces y 214 de mariposas, en un ambiente natural, un área de protección animal y ecológica.
El Parque Ecológico Jaguaroundi es un espacio propiedad de Pemex Transformación Industrial, un área de casi mil hectáreas de vegetación, ubicada en el corazón de la industria petroquímica y de refinación en Coatzacoalcos.
Para la recreación de los asistentes, el lugar cuenta con dos senderos interpretativos, uno más para bicicletas, muelle y kayaks para recorrer uno de los dos cuerpos de agua que tiene la propiedad, áreas de exhibición de animales de la región, entre ellas obviamente el Jaguaroundi (Helipailurus jaguaroundii), así como un salón de usos múltiples, un auditorio para 300 personas, cafetería, enfermería, vivero, museo interactivo, tienda y estacionamiento.
En Parque Ecológico Jaguaroundi no sólo se han dedicado a la preservación de la especie animal, también a la procuración de la flora, por eso en el vivero se produjeron un total de 24,697 plantas de 35 especies diferentes.
Fue la primera área ecológica certificada por su contribución a la mitigación y adaptación al cambio climático; apenas el 20 de enero nació una cría en cautiverio de la especie conocida como Jaguaroundi, un gran logro sin precedentes en el país.